Contextualización

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Danielis Valdes Orozco

El Diario noticioso, como su nombre sugiere, fue una publicación diaria a mediados del siglo XVIII en España, por lo que refleja las noticias que fueron más importantes o interesantes y las noticias que la mayoría de la gente quería saber o leer. Con esta publicación, casi toda la gente que sabía leer tuvo por primera vez acceso a la prensa. El Diario fue creado tanto para personas curiosas como eruditas. La Iglesia y la religión formaban buena parte de esta cultura, por lo que me enfocaré en la  presencia de la religión en este diario,  explorando cómo su papel cambió con el paso del tiempo y con el desarrollo de la estructura de esta publicación a nivel formal.

Nipho, fundador de esta publicación, es considerado “fundador del primer diario español creador de la publicidad periodística en España” (Fernández, 2012). El Diario noticioso fue la primera publicación de su tipo. Por primera vez, el público tenía acceso a información sobre economía, comercio, hechos de la cultura, y mensajes de la Iglesia. El Diario noticioso contenía una mezcla de anuncios, almonedas, avisos de crímenes, y divulgación cultural en lo general. Además, El Diario servía para aconsejar a los lectores sobre lo que ocurría en el territorio español. Esta publicación difundía información  que aceleraba la demanda de los productos comerciales.

Con el tiempo, siguiendo el modelo del Diario noticioso, otros periódicos incluyeron anuncios comerciales. Otros periódicos fueron creados en diversas ciudades pero no hubo ninguno que alcanzara una popularidad similar (Fernández, 2012). Por ejemplo en Barcelona existía el Diario Curioso, Histórico, Erudito y Comercial, Público y Económico y el Diario de Barcelona, pero este Diario no fue creado hasta 1762, cuatro años después del primer artículo del Diario de Madrid.

El Diario Noticioso fue categorizado como un periódico de información de actualidad. Por esta razón, tras la Resolución Real de 24 de febrero de 1791, firmada por Floridablanca, se estableció la prohibición de todos los periódicos, excepto el Diario de Madrid y los de carácter oficial (Crespo, 2015). A diferencia de otros periódicos que trataban temas más controvertidos, El Diario publicaba noticias factuales, como qué objetos se venden, quién busca trabajo, etcétera. Por supuesto, El Diario tenía influencias religiosas y nunca fue censurado porque nunca publicó ningún artículo contra de la Iglesia o del gobierno. En general, cada artículo comenzaba con un prólogo que se dirigía a los lectores y que discutía temas de  religión y también proveía consejos para vivir de  una manera acorde a las ideas la Iglesia.

 

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