Contextualización del tema
Hacia comienzos del siglo XVIII el dominio Borbón sobre el territorio hispánico se vio amenazado por varios factores, incluyendo “el contrabando, el declive de la autoridad central española” y “el ataque y ambición de potencias extranjeras por territorios del virreinato” (Patiño Montoya 196). Como manera de respuesta a estos peligros los Borbones respondieron con una serie de reformas políticas y económicas para reafirmar el control sobre su territorio. Estas reformas abarcaron reestructuraciones educativas bajo el mandato de Carlos III, que buscaron difundir “las ciencias útiles” y realizar mejoras en el sistema educativo, mediante “correcciones a la instrucción pública” (Patiño Montoya 196). Gracias a las reformas, las élites educadas encontraron nuevos medios, como las tertulias y asambleas literarias, para construir una identidad mas crítica con respecto al estatus de súbditos que tenían bajo el reino Borbón.
La irrupción de un ánimo emancipatorio iba de la mano con las transformaciones educativas y culturales vistas en las tertulias. Aunque eran una modalidad de encuentro que recogía “elementos de las formas más tradicionales de la sociabilidad hispánica”, la gente neogranadina las usaba como lugares de implantación y desarrollo de formas y prácticas de gran novedad (Silva 98). Por ejemplo, nuevas prácticas de lectura incorporadas en las tertulias fomentaron la fabricación de “una sociedad de opinión y de libre examen” (Silva 97). Este concepto se observa en las vías de comunicación entre lectores y editores que empezaron a abrirse gracias a las tertulias. De acuerdo con el historiador Renán Silva y su discusión del Papel Periódico de Santafé, las cartas de grupos de lectores al director del periódico sobre la acogida que recibía dicho periódico en las tertulias representaba “la gran novedad de la conversación” (99).
Más allá de su rol como sitios de aliento para el afán emancipatorio o implementación de cambios culturales e intelectuales, las tertulias funcionaron como lugares para discutir resoluciones a problemas cotidianos locales. Según Simón Patiño Montoya, la vida cotidiana en Santafé estaba marcada por difíciles condiciones como “una amplia pobreza, ausencia de salubridad pública, y elevado analfabetismo” (197). Por lo tanto, la consolidación de las tertulias vio tanto comunidades de suscriptores a periódicos como los mismos editores atendiendo a reclamos comunes y preocupaciones científicas e intelectuales tales como mejorar “la educación pública” o curar “alguna enfermedad tropical” (Patiño Montoya 202).
La siguiente entrada explora el concepto del Papel Periódico de Santafé como un periódico que buscó educar e informar a sus lectores para mejorar el estado del pueblo neogranadino. Dentro de esta idea se ve una clara preferencia por la producción intelectual y sistemas de educación europeos como modelos, pero siempre resaltando los valores que se encontraban a nivel local.