Análisis

La primera similitud entre los artículos que quiero apuntar es que entre el primer artículo, que presenta una crítica del sistema educativo neogranadino, y el tercero, que está relacionado con la asfixia, vemos un intento de usar el conocimiento y la educación para influir de manera positiva a la sociedad neogranadina directamente. Como el autor dice en el tercer artículo acerca de la importancia de difusión de conocimiento al ámbito público: “es preciso deponer qualesquiera idea, y dedicar nuestros anhelos a la salud pública, pues no debemos mirar con indiferencia la suerte de nuestros hermanos” (974). En la misma línea, el autor del primer artículo critica al sistema educativo neogranadino, llamando los presentes estudios inútiles porque solo se enfocan en lo abstracto o científico. En vez de ese enfoque, el autor propone que los estudiantes se concentren en los problemas cotidianos que aparecen en el país, los cuales deben ser “el objetivo de sus tareas” (60).

Una segunda similitud que se puede observar dentro de los números escogidos es la continuidad visible entre el primer artículo y el segundo, que se refiere a la carta del Rey Carlos IV, respecto al sistema educativo neogranadino. Mientras que el primer artículo traza una crítica del sistema educativo neogranadino, el segundo artículo nos brinda una solución concreta al problema con la creación del Colegio de Nobles Americanos en Granada. La creación de ese colegio se muestra como una continuación de las reformas educativas borbónicas emprendidas por el Rey Carlos III. Estas reformas se centraron en “la difusión de las ciencias útiles y mejoras en la educación, a través de correcciones a la instrucción pública” (Patiño Montoya 196). Si bien el Colegio de Nobles Americanos ofrecería un mayor nivel educativo a los estudiantes americanos que se encuentran allí, se puede decir que cumple con la reforma borbónica educativa de manera indirecta, dado que  no busca reformar el sistema educativo neogranadino en sí, sino que prima el mayor nivel educativo que hay en España y lo pone a disposición de selectos estudiantes americanos.

Mientras que la concordancia entre los tres números con respecto al concepto de educar e informar a la gente hace la búsqueda de similitudes entre ellos una tarea menor, no veo que los números que he escogido me creen muchas dificultades de acuerdo al tema que he armado. No obstante, creo que la mayor dificultad que presentan estos números viene con la manera diferente en que el tercer artículo aborda el concepto de educación en comparación con los demás números. Como apunta el autor, su artículo no busca “hacer una disertación” acerca de las causas de la enfermedad conocida como las asfixias, que está dejando estragos mortales en el pueblo neogranadino, ni tener una amplia discusión de los varios métodos inventados para ayudar a los que la están sufriendo (974). En cambio, lo que propone el número es indicar solamente “los medios sencillos de que algunos se han valido con el mejor efecto, según vemos en las memorias europeas” (974). Esta proposición para ampliar el conocimiento del pueblo neogranadino en el marco de erradicar una enfermedad mortal contrasta marcadamente con la manera en que los dos primeros artículos abordan el concepto de educación. Dichos artículos tratan el concepto de la educación escolar, o haciendo una crítica dura del sistema escolar neogranadino en el caso del primer artículo o proponiendo una posible solución a esta problemática en el segundo artículo.

Cabe apuntar que el problema de las asfixias va de la mano con el contexto local cotidiano, donde había difíciles condiciones de vida como “una amplia pobreza” y la “ausencia de salubridad pública” (Patiño Montoya 197).  A la vez, la prensa neogranadina realizó “una alta valoración del significado cultural de la prensa y del periodismo”, lo cual le transformó a los periódicos en sitios para la educación formal de la gente que no tenía pleno acceso a ello (Silva, 111). Aunque la información relacionada con las asfixias no forme parte de la educación escolar neogranadina, el ejemplo del tercer artículo revela cómo los periódicos mismos se encargaban de brindar educación e información importante a la gente que la necesitaba y quizás no tenía otra manera de acceder a ella. 

La segunda dificultad que se presenta en el marco del tema y números que he escogido es la ubicación del segundo artículo dentro del esquema temático que he elegido. Planteo que abordemos los números elegidos en el contexto del Papel Periódico de Santafé como un periódico que no solamente buscó informar y educar a la gente por mero capricho, sino para mejorar el estado del pueblo neogranadino. En su carta el Rey Carlos IV de España apunta que “la universalidad de mi beneficencia” está “empleada incesantemente en remover los obstáculos que impiden o retardan sus adelantamientos en la población” (155). El rey pretende cumplir con este trabajo en el ámbito educativo a través de la creación de un Colegio de Nobles Americanos en la ciudad de Granada en España, donde prometedores jóvenes intelectuales americanos podían ir a estudiar. No obstante,  y como demuestra el nombre del colegio y el análisis del siguiente fragmento, la entrada a este colegio solo estaba al alcance de la gente noble: 

“Ante los mismos Virreyes, Presidentes, Capitanes Generales, o Audiencias se harán las pruebas de Nobleza en la forma que se prevendrá en instrucción separada, o se exhibirán los respectivos títulos o patentes de los padres del pretendiente: se presentará además una certificación de preceptor aprobado que acredite su instrucción en la latinidad; otra certificación firmada por un médico y un cirujano, que testifiquen su buena salud y temperamento robusto, y una escritura en que con las debidas solemnidades se asegure el pago puntual de la porción o quota, que según se explicará después, le corresponda en todo el tiempo de su educación” (Rey Carlos IV 157).

Vemos aquí tres puntos importantes que respaldan el concepto del Colegio de Nobles Americanos como un colegio únicamente al alcance de la gente aristócrata. En primer lugar, se exige que un estudiante pague todo el costo de la matrícula antes de entrar en el colegio, lo cual estaba fuera del alcance de muchas familias dada la amplia pobreza en el pueblo neogranadino, que menciona Patiño Montoya. En segundo lugar, vemos el uso de pruebas de nobleza, para que los directivos del colegio pudieran comprobar la veracidad de las conexiones hidalguenses de un estudiante. Finalmente, se destaca el requisito que un estudiante recibe una certificación acreditando su instrucción en latín, un idioma poco hablado en Nueva Granada, especialmente en los barrios populares y campiñas marginadas.

Más allá de la forma diferente en que el tercer artículo aborda el concepto de educación en comparación con los primeros dos artículos, creo que la diferencia más resaltable entre los periódicos, y la última que se discutirá, es la identidad de los autores. Mientras no se menciona los autores en el primero y el último artículo, sabemos que el autor de la carta que aparece en el segundo es el Rey Carlos IV de España. Durante el periodo comprendido por los treinta años anteriores a la independencia del pueblo neogranadino, surgieron subesferas de opinión como las tertulias, mediante una legitimización de nuevas formas de lectura e intercambio de opinión, que “sembraron el germen de las ideas de la emancipación en la Nueva Granada” (Patiño Montoya 197). Aunque se nota en este periodo un deseo creciente para la emancipación del pueblo neogranadino, una carta del Rey Español actual lleva cierto peso dado su posición como máxima autoridad dentro de la política neogranadina.  Dentro de estas subesferas, periódicos como el Papel Periódico de Santafé formaron la base de muchas de las discusiones y debates ilustrados del territorio neogranadino. No obstante, “la autoridad monárquica” fue “defendida en continuas ediciones” de periódicos como el Papel Periódico de Santafé, con la carta de Carlos IV a sus súbditos neogranadinos sirviendo como un ejemplo de este concepto (Patiño Montoya 201). Estás defensas le brindaron a los periódicos como el Papel Periódico de Santafé la oportunidad de evitar la posibilidad de censura borbónica, mientras que siguieron promoviendo la educación de la gente para la mejora del pueblo neogranadino.