Análisis

Los tres artículos escogidos representan tres tipos de “monstruos” distintos. El primer caso es un caso de la creación de un “monstruo”, o sea el parto de un ser humano clasificado como monstruo por su apariencia física. En su artículo, “Monstrous Births and Creole Patriotism in Late Colonial Mexico”, Nora Jaffary explica la fascinación de la sociedad con los “partos monstruosos” como parte de la identidad nacional. Describe un tipo de respeto hacia los monstruos. Es por eso que periódicos como el Mercurio Peruano publicaban artículos de este tipo porque esa fascinación motivaba a la gente leer sobre los casos específicos (Jaffary 196).

El segundo ejemplo es un monstruo marino. Lo importante de este caso es que muestra los paralelos entre la fascinación y el lenguaje de monstruos verdaderos y los monstruos que vienen de las actitudes discriminatorias e imaginaciones de la sociedad. Jaffary también describe que en México en la misma época había publicaciones no sólo que describían partos monstruosos de los humanos, sino también del ganado, usando lenguaje y tono casi igual a los casos humanos (Jaffary 195).

El último ejemplo del Mercurio Peruano que discuto en esta entrada se trata de un gigante que llega para servir como fenómeno del circo en un espectáculo. Este caso es como una respuesta directa a la curiosidad del público. A partir de ese momento no sólo van a leer sobre los casos fascinantes, sino ir a ver un espectáculo para experimentarlo de primera mano. Usar los monstruos de esta manera implicaba crear personajes ficticios, representaciones de los monstruos que venían de la imaginación de diversos sectores de la sociedad. En su artículo, “Demons, Golems, and Dybbuks: Monsters of the Jewish Imagination”, Jeremy Dauber dice que aunque hoy en día se leen cuentos ficticios como no más que cuentos horrorosos, en la modernidad temprana y en el siglo XVIII la gente estaba dispuesta a creer en estos cuentos y en la existencia de los monstruos (Dauber 2).

Los tres artículos usan lenguaje clínico para describir físicamente a los monstruos. Según Jaffary, este lenguaje muestra un entendimiento natural y permite que se involucra con el asunto es vez de descartarlo como algo sobrenatural (Jaffary 195). De esta manera el periódico enfatiza que no son cuentos ficticios, sino realidades monstruosas de la sociedad. Por ejemplo, en el primer artículo, el lenguaje científico crea una realidad que enfatiza los prejuicios presumidos de la audiencia cuando describe los atributos físicos del bebé nacido a una mujer negra.