Análisis

Una de las razones primarias de la fundación de las publicaciones periódicas en las colonias de España fue diseminar información importante sobre ellas mismas tanto localmente como a los lectores en Europa. Mariselle Meléndez escribe que “nothing was more significant for the contributors of the newspapers than the need to demonstrate to the rest of the world the high degree of enlightenment that characterized their citizens” (115). No obstante, una gran cantidad de la élite criolla alfabetizada en la isla debe de haber leído el Papel, en parte para ver cómo se les proyectaba en Europa, y en parte para mantenerse al tanto de las noticias locales.

Los lectores del primer artículo seleccionado se encontraban con una definición aproximada de la educación ilustrada. Se la define como, más o menos, un sistema de pensamiento con que los hombres pueden llevarse de la oscuridad de la duda hasta las luces del conocimiento (86). Aquel conocimiento “enseña a [los hombres] tratar a las cosas de Díos religiosamente, y la de los hombres con justicia,” todavía dándoles  la capacidad de tener “discursos útiles interesantes que comprehenden los ramos de Comercio, Industria, Agricultura… [y el] entendimiento,” abarcándose a la vez un mejoramiento material, espiritual e intelectual (86-7). En el contexto de los dos tipos de lectores, el de Cuba y el de afuera, este artículo logra mostrar dos puntos distintos. Propone al lector cubano aquel sistema de mejoramiento en los tres aspectos, lo cual es una oportunidad de mejorar las condiciones de la vida como un individuo, y como una sociedad completa. Al lector de afuera le demuestra la ilustración de los criollos cubanos , o al menos la posibilidad de ella. Además, les indica a los extranjeros el deseo de mejorar la vida de los cubanos, la importancia de la cual escribo abajo.

Los lectores del tercer artículo se encuentran con un sentimiento similar expresado, pero esta vez por la poesía. El poema ejemplifica la transmisión de valores y juicios buenos a través de la educación usando la poesía y la narración. Cita a “Horacio,” “Anacreonte” y “otros que enseñen el buen gusto” como ejemplos de autores de los que se puede aprender “el poético artificio” (170). Aconseja que como consecuencia de aprender así, se puede escapar del “mal” y permitir que la luz reine (170). Además, implica que el mismo Papel periódico que se está publicando podría ser una herramienta de aquel aprendizaje, conectando la metáfora de la poesía con un ejemplo concreto de cómo se puede mejorar la sociedad a través de la educación.

Finalmente, el segundo artículo propone una crítica de algunos de los sistemas ya implementados con la intención de mejorar  la vida cubana. Uno es “La Sociedad Patriótica,” iniciada por el gobernador Casas en conjunto con el Papel periódico con la meta de organizar a la élite criolla a quienes les concierne el desarrollo de la isla (Lazo 118-119). El autor del artículo la crítica indirectamente por hablar de “sociedades” en general, argumentando que las “sociedades” dedicadas a “fomentar la Agricultura, dar extensión al Comercio, promover nuevos ramos, hacer hábiles Comerciantes, crear nuevas Escuelas de primeras letras, Aritmética, Geometría, Geografía, &c. para la instrucción de nuestra juventud” son “una[s] gran[des] patarata[s],” y que todas esas metas han ido cumpliéndose sin la ayuda de aquellas sociedades hasta ahora, y por lo tanto no son necesarias para el desarrollo de la isla (93, 94).

Ya he mencionado que se puede interpretar a este artículo como irónico, en parte por el uso de lenguaje poco ortodoxo. Sea irónico o no, se debe apuntar que los dos tienen una meta bien importante en común: el progreso o mejoramiento material. Aunque el escritor no está de acuerdo con Casas con respecto a la importancia de sociedades, si le concierne el desarrollo del comercio de la isla, pero piensa que lo haría “por sí mismo” (94). El punto clave en que los dos disienten es la importancia de la educación en cumplir aquella meta: el escritor del artículo expresa que “las escuelas… no eran tan necesarias,” mientras Casas se fue fundando a la Sociedad Patriótica y El Papel periódico para fomentar la educación. El lector del artículo podría seguir uno de dos caminos: el primero, en que está de acuerdo con el escritor, en que fortalezca su punto de vista en oposición a los otros dos artículos; o el segundo, en que se oponen al escritor y/o piensan que él hace burla del punto de vista que destaca su artículo, en que fortalezca su opinión a favor de la educación como método de mejorar a la sociedad.

Más importante aún es observar que tener puntos de vista opuestos en la misma publicación del Papel crea un espacio por discurso constructivo sobre un tema tan importante como la educación y el mejoramiento de la sociedad. La incorporación de este tipo de discurso es, en sí misma, un principio fundamental de la educación ilustrada. Los lectores dentro de Cuba podrían haber esperado que esta discusión iluminara las mejores conclusiones posibles para el mejoramiento de la vida en la isla. Los lectores de afuera de Cuba podrían haber visto indicaciones de una discusión saludable y de doble vía, lo que podría haber tenido el efecto de “demonstrate to the rest of the world the high degree of enlightenment that characterized their citizens” (Meléndez 119). Es decir, cumplieron las metas planteadas por Meléndez de cualquiera manera, si incluyeron al artículo irónicamente o no.